sábado, 22 de mayo de 2010

Caminando a casa

Pisándose el ánimo y con el corazón tiroteado se fue a regar un rato la esquina, aquella última mirada no se borraría fácilmente de su memoria visual, sentía que le había fallado, que ya nada volvería a ser lo mismo, aunque suplicaba por dentro estar equivocándose. Decidió que había terminado en aquel rincón y se le dió por deambular con la nube negra que lo cubría por la oscura noche, nada le importaba mucho, y Su recuerdo ocupaba su mente más que de costumbre.
Pisó la ochava de aquella otra esquina donde solían encontrarse, para ese entonces su actitud se asemejaba a la de un bebe de 10 días falto de leche materna, y su cara se caía a pedazos como lo haría la pared de un edificio de 500 años.
Así caminó, cubriéndose la cara cuando pasaba alguien, enojado con los árboles y las paredes, que no tenían nada que ver, sólo que el dolor físico parecía aplacar al emocional. El camino a casa se hacía cada vez más largo, y su concepto se difuminaba cuando se acordaba que Ella no estaría allí, su vida se desmoronaba cuando el pánico de poder llegar a perderla aparecía.
La extrañaba como siempre lo hacía, pero esta vez se sumaba esa horrible opresión en el pecho. Quería arrancarse el corazón, al menos por un rato, tal vez así dejaría de sentirse como una mierda. Llegando a destino comenzó a lloviznar, parecía que el clima estaba imitando su estado emocional, sin más por recorrer entró a su casa y se dispuso a escribir(le).

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