Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos. Mostrar todas las entradas

martes, 5 de julio de 2011

Extraño



Un par de caballos flacos me miran desde la esquina de enfrente mientras yo escucho un poco de música deprimente tirado de cabeza, no me importa lo que tengan para decirme, ya escuché todo, ya sentí todo lo que tenía para sentir, ya miré a mi alrededor más de quinientas veces buscando algo que valga la pena, sin resultado alguno obviamente.
Se acercaron y me preguntaron si quería dar una vuelta, desanimado les dije que no, pero insistieron, después de todo ¿Qué me iba a hacer una vuelta sobre un caballo famélico y su compañero? Así partimos. Vi alegría, vi frustración, vi odio y devoción, pero nunca pude apartar la mirada de aquello que siempre me llamo más la atención. Vos, siempre atada al poste más alto de mi ciudad, acaparando toda la atención. Claro que vos no tenías ni idea, tanto tiempo con los ojos vendados te habían dejado casi ciega, sólo podías escuchar, pero nunca fue tu mejor cualidad.
Texto Me acuerdo ese día que pasé a buscarte, y recorrimos juntos la ciudad, era tan extraña, pero para vos parecía todo muy normal. Te corrí la venda para mirarte a los ojos, estaba tan nervioso, no sabía que iba a encontrar, pero fue hermoso, el tiempo se detuvo, aunque sólo fue un momento, no nos dio tiempo para apreciar realmente lo que estaba pasando alrededor nuestro. Y te arrancaron de mis brazos, te llevaron al rincón más oscuro, y vos seguías sin enterarte de nada.
¿Qué vamos a hacer ahora que ninguno de los dos comprende lo que sucede? Yo volví a intentar mirar a mi alrededor, busco ese rincón donde te dejaron, me pregunto que pasara si lo encuentro, y vuelvo a darme la cabeza contra la pared cada vez que me doy cuenta que realmente te gusta estar ahí.

jueves, 7 de abril de 2011

Discurso incriminatorio

Te oí decir que no ibas a hacerlo y me amedrenté. Después de todo, realmente necesito que me hagas ese favor, yo siempre estuve ahí para vos sin pedirte nada a cambio, no lo hagas más difícil de lo que ya es, sabes que podes hacerlo, solo necesitas un poco de fuerza y convicción, y un buen vaso de vodka luego, seguido de una agradable ducha caliente, por supuesto.
Y no quiero oírte decir que estoy loco, siempre lo estuve, siempre lo supe, todos siempre lo supieron, y nadie hizo nada para evitarlo, por eso todos son tan culpables como yo, por eso tenés que ayudarme, es tu obligación, por dejar a un psicótico suelto por la vida haciendo de las suyas. No digo que sea psicótico, como esos que ven cosas que no están, ni siquiera me lo han diagnosticado –no es que alguna vez haya ido a ver si tenía algún problema parecido, estoy completamente convencido de que mi cabeza está donde debe estar, sobre mis hombros-, pero algo dentro mío dice que otro algo me falta, es como una vocecilla, la misma que me obliga a hacer cosas que no quiero pero, ¿Qué puedo hacer yo para evitarlo? Solo soy un peón más en esta sociedad que se aprovecha de los desvalidos, que no sabe más que auto masificarse y tener una conducta en conjunto, una conducta errónea, consumista, extorsiva, asquerosamente discriminatoria con los engranajes flojos, o los que no quieren pertenecer a ese gran reloj suizo del desastre, a esa maquina para hacer pochoclos que no deja de quemar los granos de maíz.
Pero dejemos la filosofía para un día que estemos más tranquilos, ahora realmente necesito que me hagas este favor, sin tu ayuda soy hombre muerto, y se que te gusta disfrutar de mi compañía en esas noches en vela donde el whisky es casi tu mejor amigo, se que te gusta verme desvariar sabiendo que en realidad estoy totalmente en lo correcto y, sobre todo, se que no podrías vivir con la culpa de no haberle dado una mano a tu mejor amigo cuando el más la necesitaba. Ahora, agarrale las piernas y metámoslo en la cajuela, ¡lo peor que te puede pasar es que te manches un poco!

Me fui a cursarrrrrr :B

lunes, 9 de agosto de 2010

Una historia pequeña


        La pequeña hormiga corría alborotada de un lado a otro, el estéril campo de la mesada no podía acompañar mejor su situación de pánico, se acerca una compañera viajera, perdida, de esas mochileras que vagan por su basto mundo en busca de una aventura, de algo distinto, y le pregunta, -Que es lo que te pasa? Por que corres así de un lado a otro? –sufrimos un ataque, y no encuentro a mi mamá, ni a mis hermanitas! Le responde esta muy asustada y con los ojos llenos de lágrimas. Claro! justo a ella le venía describir esta situación, la desarraigada, la que nunca tubo una familia por la cual llorar. –No te preocupes amiga! Los vamos a encontrar, le asegura entusiasmada. Le vendió su sonrisa como se la vendería a cualquier otra pobre alma sin rumbo que anduviese por ahí, tranquilizándola, y encararon para el sur, de donde supuestamente venía la momentáneamente huérfana hormiga. Estaban conversando trivialidades, hablando por hablar, la viajera le contaba sus hazañas de aventurera, la otra escuchaba entretenida, casi olvidándose de sus problemas, cuando de repente PSSSSS, PSSSSSSSSSSSSSSSSSS, quedaron achicharradas, sin mas que hacer que mover por unos instantes las patitas frenéticamente en la desesperación de luchar por sus vidas, cosa totalmente inútil, el veneno para hormigas que compré hoy a la mañana en la tienda es el mejor! Que efímera la vida de una hormiga, no?

sábado, 22 de mayo de 2010

Caminando a casa

Pisándose el ánimo y con el corazón tiroteado se fue a regar un rato la esquina, aquella última mirada no se borraría fácilmente de su memoria visual, sentía que le había fallado, que ya nada volvería a ser lo mismo, aunque suplicaba por dentro estar equivocándose. Decidió que había terminado en aquel rincón y se le dió por deambular con la nube negra que lo cubría por la oscura noche, nada le importaba mucho, y Su recuerdo ocupaba su mente más que de costumbre.
Pisó la ochava de aquella otra esquina donde solían encontrarse, para ese entonces su actitud se asemejaba a la de un bebe de 10 días falto de leche materna, y su cara se caía a pedazos como lo haría la pared de un edificio de 500 años.
Así caminó, cubriéndose la cara cuando pasaba alguien, enojado con los árboles y las paredes, que no tenían nada que ver, sólo que el dolor físico parecía aplacar al emocional. El camino a casa se hacía cada vez más largo, y su concepto se difuminaba cuando se acordaba que Ella no estaría allí, su vida se desmoronaba cuando el pánico de poder llegar a perderla aparecía.
La extrañaba como siempre lo hacía, pero esta vez se sumaba esa horrible opresión en el pecho. Quería arrancarse el corazón, al menos por un rato, tal vez así dejaría de sentirse como una mierda. Llegando a destino comenzó a lloviznar, parecía que el clima estaba imitando su estado emocional, sin más por recorrer entró a su casa y se dispuso a escribir(le).

martes, 9 de marzo de 2010

Tres tristes tigres


Pablo no veía la hora de llegar al fin a su casa, comer lo que su preciosa esposa le halla preparado, y tirarse a dormir como dios manda, pero, era el peor día para el maldito tráfico, parecía que jamás saldría de ese embotellamiento, no tenía nada mejor que hacer que escuchar música, al menos algo lo apartaba del mundo por unos preciadísimos minutos, eso le bastaba para que una pequeña sonrisa un tanto desdibujada por el cansancio apareciera en su estropeada cara de hombre de negocios estresado. Para completar su estado de bienestar casi pleno (sarcasmo), divisa que el marcador de nafta esta rogando que le den una razón para no darse por vencido, esto borra de su cara cualquier melodía que pudiese estar ayudándole a pasar el rato, tenía que encontrar una estación de servicio rápido, o tendría que caminar hasta casa, si es que sus piecitos hinchados no explotaban en el camino. Al fin cambia el semáforo, habilitan la media calzada que estaba siendo utilizada por un triste motociclista que obviamente había terminado el día peor que él (siempre hay un roto para un descocido, supongo), y sale de la avenida que estaba ocupando hacia unos, muy, largos cuarenta minutos. Se dirigió a la estación mas cercana, rezándole al gran señor en el que tanto se apoyaba siempre en estas ocasiones (el tanque de reserva) no quedarse en el camino, en su descontrolado apuro se topó con un desgraciado perrito color café con el que definitivamente no tuvo un buen comienzo si buscaba una nueva amistad, la pobre criatura quedó tendida en la acera medio destartalada, y fue cuestión de segundos para comenzar a escuchar los gritos, o más bien chillidos, de su desafortunada dueña (señora jubilada hace -quien sabe cuantos- años sin nada mejor que hacer que sacar a pasear a su inquieto animal un martes a las diez de la noche con cinco grados de térmica). –Animal! Inconciente! Psicópata! A la anciana no le alcanzaba la dentadura para menospreciar y maldecir al pobre conductor que ya tenia las ojeras por el piso del hartazgo que le estaba generando una situación contradictoria tras otra. Se baja del auto con su mejor cara de compasión, lo mejor fingida posible, e intenta tranquilizar a la histérica criatura, la anciana obviamente, el perro apenas podría volver a mover la colita en un futuro. –Le pido mil disculpas señora! La verdad no tengo palabras para arreglar esta situación! –Palabras? Pero por favor! Suba a Teodoro (sí, pobre perro ya estaba muerto antes de ser atropellado con ese nombre) a su navecita ultimo modelo de señor feudal y llévelo de inmediato a la veterinaria más cercana! – ¿Me está cargando señora? Apenas podríamos encontrar una farmacia de turno, ¡¿y quiere que la lleve a un veterinario?! Si esta bajo los efectos de algún alucinógeno, o pastillas para el reuma, o lo que sea, no me culpe a mi por favor. –Encima de inconciente, desconsiderado! En mi época me pudiese haber encontrado con un caballero, pero hoy en día, tengo suerte de que no halla seguido de largo con su BM!. Caballero! Por fin una buena, Pablo recordó a su viejo amigo Fernando, el cual vivía a un par de cuadras coincidentemente y era un veterinario de primera, llevo a la insoportable anciana a la casa del susodicho para alegrarle el día, y le pidió por favor que hiciera lo que pudiera, un milagro estaría genial.
Dejó atrás accidentes y viejas drogadas y se dispuso a llegar a la estación, sí, todavía se quedaba sin nafta, el auto medio muerto quedó a seis cuadras del destino, menos mal que ya le había avisado a Ana que se retrazaría! Sino el pobre pollo al espiedo hubiese terminado en su cabeza. Cargó a su amor platónico, sí, el auto, y por fin se dirigió a su casa, no recordaba haber tenido tantos reveses en una misma noche hacia demasiado tiempo. ¿Qué es esto? El humo que divisó calles atrás resultó ser su ahora cocinada casa.
Ana había estado fregando como nunca durante toda la mañana y parte de la tarde al son de la cumbia pasada de moda que Pablo tanto odiaba, después de todo, nunca podría dejar atrás sus humildes raíces en su amada pocilga con su pobre pero amadísima familia. La casa estaba reluciente, algunas cosas hasta parecían haber cambiado de color, realmente se sentía una esposa y ama de casa realizada, y como tal, se merecía su preciado cigarro de media tarde en la hamaca del patio. Lo prendió y dejó que todo su agotamiento se fuera por el espeso hollín que generaba el pequeño tubito blanco carente de filtro, a veces realmente sentía que su vida acabaría por culpa del mismo, pero bueno, como dicen los fumadores ignorantes, de algo hay que morir ¿verdad? Se dejó llevar por el regocijo que le generaba la comodidad y calidez de su situación y terminó por dormirse profundamente. Con su cigarrillo consumido por el tiempo y los ojos pegados se dispuso a entrar en la casa, por mas tapada que estuviera le estaba dando frío ahí afuera, miró su celular, tenía un mensaje de Pablo preguntándole que iban a cenar, y advirtiéndole que quizá se retrase, que raro! Además de tres llamadas perdidas de Jorge, el cadete con el que había estado trampeando últimamente (si, tiernísima perra resultaba ser), al parecer quería verla, se estaba poniendo pesado últimamente, y no era que le molestara pero temía que su incrédulo esposo cayera en aquella situación, eso sí que no podía pasar ni en sus peores pesadillas. En fin, le mando un mensaje invitándolo a su casa, pero obviamente tenía que apresurarse, no sea cosa de que los descubran, mientras tanto iría preparando el pollo al espiedo para su pobre víctima, perdón, esposo.
Unos ínfimos quince minutos después Jorge tocaba a su puerta, lo recibió con un caluroso beso y de canto lo metió a su habitación, no iba a perder el tiempo charlando, como si le importara cuantas entregas había hecho esa tarde! ni que a él le interesara el parloteo, seamos sinceros. Se entregaron a la pasión que tan bien describía su adúltera pero increíblemente placentera relación durante dos hermosas horas, terminada la diversión echó prácticamente a patadas al tan preciado objeto de deseo motorizado. – Dale, cambiate, a esta hora por lo general llega Pablo! – Bueno bueno! ya estoy. Se despidieron rápidamente con un beso y una mutua mirada sentenciosa de que volverían a hacer de las suyas en cualquier momento.
A todo esto, Ana se retarda con su celular, al parecer su afortunado marido se retrazaría fuera de lo normal, que lastima! Podría haberse divertido un rato más. Al entrar en la habitación contigua a la cocina advierte un terrible olor y un densísimo humo (muy distinto al de sus tan preciados cigarrillos) saliendo por los bordes de la puerta de la aludida. Que idiota! Entre tanto jugueteo con el cadete se había olvidado el bendito pollo adentro del horno, antes de poder reaccionar una viga se desprende sobre ella a causa del avanzado incendio, si tan solo estuviese su amado marido para rescatarla! parece que el karma estaba haciendo su ronda diaria.
Le dolía prácticamente todo el cuerpo, no es fácil llevar una vida con dos trabajos casi simultáneos, teniendo que mantener a una familia numerosa que había sido abandonada por el inconciente padre alcohólico, pero bueno, algunos simplemente tienen suerte, otros tienen que ganársela. Jorge, primer hijo de cómo decíamos una numerosísima familia que vivía en una de esas pequeñas villas de emergencia a las que no mucha gente se atrevería a acercarse, había conseguido una motito prestada y comenzado con su trabajo de cadetería en unos tempranos dieciséis años, ya entrado en los veintitantos gozaba de su propio orgullo personal (una zanella totalmente descontinuada) y un par de trabajos estables que lo mantenían a él y los suyos todavía dentro del campo de juego. Luego de realizar un encargo, el cual le había resultado un tanto extraño, un cocker marrón, lo suficientemente inquieto para sacarlo de quicio, en una entrega por encomienda de un pueblito un tanto alejado, a una jubilada por demás mal llevada, casi lo había echado a escobazos por sacarla del televisor justo en medio de la quiniela vespertina, a la que pareció cambiarle mucho la cara al recibir la entrega (pego varios gritos, más bien chillidos, luego de saber de que se trataba el paquete).
Por fin terminada su jornada de trabajo, intentó ubicar a Ana, una cuarentona que se conservaba bastante bien y con la cual pasaba alguna que otra tarde, cuando el marido estaba tapado de trabajo por ejemplo, no le contestó, se habría quedado dormida en la hamaca del patio de su pequeña (sarcasmo) mansión como de costumbre. Ya dirigiéndose a su no tan lujosa pero preciada chocita recibe un mensaje, al parecer tendría una pequeña distracción después de todo, así que cambia el rumbo y se dispone a encontrarse con su ama de casa desesperada.
(Hechos ya narrados) Era comiquísima la forma en que lo echaba de su casa cuando se cumplían las nueve de la noche, pero bueno, la entendía completamente, quien querría perderse esa vida de porcelana, resquebrajada por todos lados, por un cadete que no llegaba a valer cinco pesos ni con su mejor pilcha encima. En fin, ya por el centro camino a su casa comenzó a sentir un ruido extraño que salía del motor de su cariñito, “pedazo de cacharro viejo bueno para nada, mentira Sandri, sabes que te amo” pensaba Jorge para sus adentros, ya cruzando aquella avenida tan transitada el pobre morochito se topa con un camionero que, o era daltónico o estaba muy dormido, y que al parecer no le tuvo mucha piedad ni a el ni a su zanella, pasaba a ser el nuevo ocupante VIP de la media calzada más transitada de la ciudad, con todos esos huesos rotos el dolor que le proporcionaba el cansancio parecía el paraíso en estos momentos, al parecer este cadete veinteañero se retiraría antes de tiempo forzadamente.

martes, 24 de noviembre de 2009

Las cosas que no debería haber hecho

Solo en aquel rincón, no sabía por que se encontraba allí, pero tampoco sentía que debía estar en otro lugar, sus ideas estaban desacomodadas. Sí, realmente había jodido su cabeza, su vida, su futuro…
A veces comenzaba a caminar, sin rumbo alguno, y sin siquiera pararse, deambulaba dentro de su mente, buscaba respuestas, respuestas que nunca aparecían, que se le escapaban como lo hacía todo lo que él buscaba. A veces dudaba de estar en un lugar real, sentía que todo era una invención, como si se encontrara dentro de un film, claro, eso no podía haber sido cierto, nunca entendería por que había cometido tal aberración. Y sus últimas palabras retumbaban en su cabeza como pasos de gigante, y su cara sin expresión quedaría grabada en sus globos oculares durante toda su vida. Sentía ganas de lanzarse por el primer acantilado que encontrara, de clavarse la primera daga que tuviese a mano, malditos rajes sicóticos, siempre habían desacomodado por completo su vida.
Quería verla, abrazarla, sentirla de nuevo, pero eso sería imposible, a menos que de un encuentro paranormal se tratase. Aún podía sentir su piel fría rozando su cara, aún lo torturaba su constante recuerdo, y dudaba que algún día lo dejase de hacer. Por qué le había hecho eso? Simplemente no soportaba su vida después de aquel suceso, el reloj parecía jamás moverse, quizá fuere porque sus horas se habían agotado hacía ya más tiempo del que el recordaba.
Esas cuatro paredes se habían convertido en una prisión para él y su alma, las cuales estaban más muertas de lo que habían estado durante toda su vida. Pero no, no se daba por vencido, tenía que hallar una solución para aquella locura, debía escaparse de una vez, huir lejos de aquel arrumbamiento que era su inconciente, enterrar ese pasado conflictivo y aterrador que le había tocado, en parte por suerte y en parte por elección propia, pero los días pasaban, y el rincón seguía sin tener cambio alguno, sería su final? Realmente ya no le interesaba, estaba convertido en un ente más dentro de aquel edificio viejo y sin vida, rodeado por esas paredes acolchonadas a las que tanto odio les había tomado. Una voz lo llamaba, era hora de sus calmantes diarios, y todo volvería a estar “tranquilo” nuevamente…


Bueno, no es mi preferido, pero tenía ganas de volver a los mini-cuentos, un saludo a mi infinidad de lectores(? jajaj.

martes, 7 de julio de 2009

No se puede escapar de uno mismo

Ese miedo taciturno del que alguna vez se había reído, tal vez en una película, se había hecho realidad, y estaba apoderándose lentamente de su calma, que debía hacer? Afrontar sus pesadillas parecía prácticamente imposible en esos momentos, atino a agarrar su celular, el cual, como de costumbre, estaba sin señal, aunque realmente no importaba demasiado en ese momento, dudaba que un llamado lo pudiese liberar de tal situación. Los pasos se hacían cada vez más resonantes dentro de la pequeña habitación, una gota de sudor mezclada con una lágrima rodaba incesante por su mejilla, y volvía a preguntarse, que debía hacer? Nunca había sentido latir tan rápidamente su corazón, se preguntaba si su miedo era totalmente fundamentado, o si le estaba jugando una mala pasada su propia mente.

Lo cierto es que aun no podía moverse, el cuarto estaba tan silencioso que solo se escuchaba, como si fuese a lo lejos, su respiración, que más que respiración más se podría decir que era un jadeo. Los pasos parecían cada vez más cerca, pero aun así no parecían llegar más a destino. Por primera vez intento moverse, correr hacia algún lado en el que nadie ni nada lo pudiera encontrar. Todo estaba tan lejano, todo era tan imposible, su respiración atormentadora y su corazón, que por momentos se volvía insoportable, parecían ser su única compañía. Y seguía sin entender por qué rayos aun no llegaba su alargado final, por momentos el sentía que lo quería, tal vez en el fondo se sentía culpable, si así se le puede llamar a lo que tenia dentro de su aturdido interior.

Ahora había llegado a un lugar que parecía seguro, ni mil inviernos se podrían comparar con la tristeza que envolvía su alma en ese momento, tristeza que hacía tiempo sentía, pero que nunca había querido aceptar, por eso ahora era tan grande, tan densa, tan insoportable. Una brisa recorrió su piel, parecía sentir todo triplicado, cada pequeño ruido era para el su inevitable final, su impensada trama de suspenso barato que a la que nunca le había hecho caso se le estaba volviendo en su contra, y no podía hacer nada para que no termine por acabar con él, y con su maldita conciencia.

Aun se sentía dentro de una película de terror, una de las que a el tanto le gustaban, y que había terminado por perderles el gusto, como a todo lo que hacia tan repetidas veces en un corto lapso de tiempo que acababa por hartarlo, aunque a veces no se daba cuenta si era que se hartaba de lo que hacia, o hacia tiempo se sentía asi consigo mismo y nunca lo había reconocido. Se había dado cuenta de algo? Los pasos parecían alejarse, o por lo menos eso creía, a ver que otro día vendría a atormentarlo, que otro día vendría a sacarlo de su rutina para hundirlo en el pánico que en el fondo tanto le gustaba.

Despertó al otro día, no tenía ni un rasguño, ni un rastro de ataque, aun no entendía porque se había alejado de esa manera la noche anterior, lo cierto es que un nuevo día comenzaba y tenía que cumplir con sus “obligaciones”, si, a lo que él llamaba así, por momentos realmente sentía que estaba desperdiciando su vida en cosas que no valían la pena, en cosas que no lo llevarían a ninguna parte. Y así paso aquel día, como todos los demás, como tantos otros a los que había odiado con anterioridad.

La noche cayó y se disponía a entrar en pánico nuevamente, ya parecía algo a lo que se había acostumbrado, como todo lo demás que ocurría en su vida, si, realmente era que estaba harto de sí mismo. Esa noche nada fuera de lo común pareció ocurrir, se durmió tranquilamente dentro de su cómoda cama de soltero, que a todos les parecía que iba a quedar así por un largo tiempo. Muchos días pasaron sin que el recordara lo ocurrido esa aterradora noche en la que casi creyó perder algo.

Todo seguía igual, aunque los largos días se hacían notar, y esa noche temida volvió a aparecer. Que era lo que buscaba realmente? Ahora se percataba de que cada vez que llegaba parecía llevarse algo de su ser, arrancarle una parte de su interior, el cual lo suficientemente podrido estaba ya como para seguir deshaciéndosele.

Ya su corazón no latía tan rápidamente, ni su respiración resonaba a lo largo de la pequeña habitación, pero estaba seguro, en algún momento lo tomaría por completo, y no iba a haber absolutamente nada que pudiera hacer con su mediocre vida. Y cada una de esas noches recordaba lo que le había dicho su padre alcoholizado en un momento de lucidez, “no desperdicies tu vida como yo lo hice con la mía” esas secas y perturbadoras palabras a las que no había hecho caso, seguramente por el profundo rencor, del que si quiera había estado percatado, pero que en el fondo tenia hacia la persona que se lo dijo.

Y seguía apareciendo, noche tras noche, cada vez mas repetidamente, llevándose una parte de su persona. Ya estaba totalmente seguro, a veces rogaba por que no fuera demasiado tarde, pero generalmente se daba por vencido pensando que siempre lo había sido y entregándose a lo que aun no comprendía. Tal vez su vida se había hecho demasiado mediocre, y el mismo estaba terminando con ella.



Espero que les guste :B
y comenten u.u
besito !:)

martes, 16 de diciembre de 2008

Tu ego ganó

Sin reacción quedó frente a esas dos palabras que parecían carecer completamente de sentido, toda su vida se veía reducida en un instante, todo su mundo se derrumbaba a causa de algo que todavía ni siquiera entendía. El melodrama de la vida real que casi siempre evitaba para centrarse en si mismo, en sus intereses, cada vez lo hacia encerrarse mas en el olvido, la soledad, la frustración. Todo lo que creía tener estaba quedando atrás, se daba cuenta de que lo que hacia solo llevaba al vacío, a lo banal, a la carencia total de estabilidad.
Y seguía parado, con el papel en la mano, sacudiéndose por dentro, buscando lo que le hacia falta, por que no se había dado cuenta antes? Tanto costaba interesarse por los demás? Un breve escalofrío lo estremeció, el olor a encierro se hacia cada vez mas insoportable, como si estuviera ahí hacia demasiado tiempo. Aun pensaba que había escapatoria, se equivocaba completamente, no hay tal cosa en una conciencia sucia, por más que escarbara, no encontraría, terminaría por hundirse completamente, hasta llegar a un lugar del que nadie podría sacarlo.
Tanto tiempo al lado de una persona, sin preguntarle realmente que pasaba dentro suyo, sin interesarle en lo mas mínimo ningún mísero detalle de su existencia, si, solo la tenia para no estar solo, para hacer presencia, una imagen exterior que internamente estaba extremadamente desolada, y ella siempre seguía ahí, al lado suyo, esperando que alguna vez reaccione, que caiga en la realidad, en lo que realmente importaba, que no era el solo, su pequeño acto de arrogancia y egoísmo había llegado a su fin, y no tendría continuación.
Esas dos palabras parecían hacerse enormes en la pequeña hoja de papel, “te amaba” el pasado del verbo hacia connotar algo que no podría volver atrás, algo que no tenia futuro. E incesante su mirada quedo clavada en el cuerpo de la mujer, el cual colgado se balanceaba lentamente por acción de la inercia, esa mujer que por tanto tiempo había soportado el peso de su enorme ego, hasta que al fin le ganó. Solo en ese momento se dio cuenta de que su vida no giraba en torno a el, ahora giraba en torno a ella, y nada podría hacer, mas que ir a buscarla e intentar pedirle perdón.

No le pongo imagen a este cuento porque tendria que ser media emo jajaj

Esta tirado el blog pobresito(? U.U

Adioos=P

miércoles, 8 de octubre de 2008

Contento?

Quedo contemplando el oscuro cielo de sus pensamientos, toda su vida intentando encontrar algo perfecto, algo que pudiera describirlo todo, que entendiera fácilmente. Eran demasiados atributos para una sola cosa, cada vez mas oscuro se volvía aquel escenario, y cada vez mas siniestra era la sombra que acechaba sus ideas, porque no era nada normal lo que rondaba por su cabeza, y el lo sabia, pero nunca le presto atención. Siempre intentando lograr algo para superarse, a lo que no se daba cuenta que siempre terminaba repitiendo el mismo error una y otra vez. Porque nada es perfecto, nada es eterno, y él tarde o temprano lo comprendería, tal vez no fuese ese el momento, pero seguramente llegaría.Como una ventana que hacia años estaba cerrada, y se trababa por el oxido de sus bordes metálicos, su cabeza se veía cerrada dentro de si misma, y le resultaría prácticamente imposible encontrar una verdad alternativa, algo con lo que encontrara un sentido a todo lo que había hecho. Aun se sentía culpable, aun sentía ese cargo de conciencia que parecía nunca acabar dentro suyo, como una bóveda sus ojos quedaron cerrados a nuevas imágenes, nuevas ilusiones, nuevos mundos.Su vida nunca volvería a ser la misma, y el lo sabia, eso era lo que le causaba mas pena y remordimiento. Cuando recayó a la idea de que nunca los volvería a ver, sus sonrisas, sus ilusiones, sus vidas, eran ahora para él algo completamente lejano y carente de significancia. Había echado todo a perder y solo por no darse cuenta antes de que fuese demasiado tarde, una lágrima rozó su prominente pómulo, al instante se hecho a llorar como un pequeño de jardín que no encuentra su juguete nuevo.Nada importaba ya, estaba solo en el mundo, solo, y el lo había provocado todo, por que ese ataque de ira inoportuno? Toda esa impotencia contenida, las frustraciones, una vida de fracasos sucesivos, cosas que determinadas personas toman de una manera, otras de otra, todo esto colmado con una pequeña cucharada llamada desengaño amoroso, terminó canalizándolo todo en un pequeño acto de repulsión hacia la vida. Ya nada podía hacer, tan solo quedarse postrado en su antigua cama matrimonial esperando que alguien los encontrara, la sangre desparramada en la habitación hacía obvio lo ocurrido ahí dentro.El pequeño y anteriormente dicho oscuro espacio en su mente se tornaba cada vez más insignificante, carcomido por la ira, y luego por el remordimiento. Edemas se preguntaba, que tenían ellos que ver? No comprendía ninguno de sus repentinos y desoladores actos, se había convertido en un autentico ladrón de vidas y se había encerrado en si mismo, de donde nunca querría volver a salir.

sábado, 4 de octubre de 2008

Tu muerte acaba de comenzar

Desfallecida en el piso, esa imagen aterradora y a la vez delatora que parecía nunca terminar, era el nuevo enfoque de su vida, y con el que tendría que cargar por el resto de la misma. La mancha de sangre en el piso, el olor, la oscuridad, la habitación estaba revolucionada de una manera tan perturbadora, pero a la vez estaba tan tranquila, tan callada, algo le decía que tenia que correr, escaparse de aquel oscuro y horrible lugar, pero al mismo tiempo no podía, sus pies parecían atados al pálido cadáver que se encontraba al borde de la cama deshecha. Seguía sin entender la situación, eran demasiadas cosas dentro de un lugar tan pequeño. La historia es simple, tu insignificante mundo, que hasta ese ultimo momento parecía enorme y sin fronteras, se derrumba a tus pies, una terrible sensación de soledad y amargura se apodera de tu cuerpo, del que ahora te sentís despegada, él alguna vez fue su vida, ahora representaba todo lo contrario. El gusto en su boca le recordaba permanentemente algo que continuaba sin comprender, como si le hubiera pasado algo terrible.
Por que le había dado tanto valor a algo tan insignificante? Por que su vida había desaparecido por algo que ahora parecía no tener un mísero significado? Impotencia, era lo único que sentía, si era que aun sentía algo. Seguía sin poder correr, sin poder esconderse. La cobardía le ganó, y ya nada podía hacer al respecto. Y seguía en el piso, sin cambio alguno más que el tamaño de la mancha roja en el suelo parquizado, y la tenue luz del baño que se desgastaba con el pasar del tiempo, ese tiempo que ahora parecía eterno, o más bien lo era. Quería llegar al final, el cual parecía no existir, y la verdad, aquella que no aceptaría por más que se le pare en frente y la salude, era demasiado horrible. Y seguía atada al putrefacto pedazo de carne que ahora era más inservible que cuando estaba con vida.
Cuando reconoció que las lagrimas realmente no le mojaban las manos, cuando callo en la cuenta de que todo eso se estaba tornando demasiado extraño, como había aparecido ahí? Por que no reconocía a aquella chica recostada en el suelo? A la que estaba extremadamente ligada. Su imagen había desaparecido del espejo, literalmente. Los recuerdos eran vagos, más bien escasos.
Él la absorbió, tomo hasta su último aliento, y lo puso en su contra. Ahora solo podía llorar sin siquiera sentirlo, en ese momento es en el que se dio cuenta que no existía, si, alguna vez lo había hecho, pero ese tiempo ya estaba pasado, ahora entendía que su vida ya no tenía un nuevo enfoque, sino que era lo ultimo que había hecho en la misma, y se sentía terrible por el significado de aquel acto sin sentido, y sin vuelta atrás, había renunciado a todo por alguien que no la valoraba en lo mas mínimo, fue allí cuando entendió que era ella la chica tirada en el piso.